viernes, 17 de junio de 2016

UNIDAD 5

LEÓN X



 En 1513, ante la muerte de Julio II, todo indicaba que el siguiente papa sería el cardenal húngaro Tomás Bakócz, quien había mantenido una política activa y fructífera ante la situación crítica contra Venecia, convirtiéndose en gran aliado de los Habsburgo. De esta manera, Bakócz se trasladó a Roma para el cónclave, con la manifiesta intención de ser elegido. Fue recibido con una verdadera pompa principesca, sin embargo, tanto Venecia como el emperador Maximiliano I de Habsburgo le traicionaron, y pronto fue elegido en su lugar Giovanni di Medici, el hijo de Lorenzo el Magnífico.

 Cuando se hizo cargo de la construcción de la basílica de San Pedro de Roma, un proyecto que estaba destinado a devorar cantidades inmensas del preciado metal, le vino en mente un negocio extremadamente lucrativo que ya había puesto en práctica su predecesor, Julio II, pero que todavía podía ser perfeccionado: la venta de indulgencias. Las indulgencias, según la doctrina de la iglesia católica, consisten en la «remisión de la pena temporal» por los pecados cometidos a través de la realización de ciertas acciones como la oración o las buenas obras. 

Esto a Lutero no le gustaba ya que se dio cuenta de que la iglesia se estaba aprovechando de la incredulidad de los pobres por esto fue por lo que creo sus noveinta y cinco tesis contra la venta de indulgencias y el dogmatismo religioso desencadenando con ello la Reforma Protestante

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